¿Quién no recuerda esas mañanas de domingo comiendo cereal y viendo sus caricaturas favoritas?
Nuestra historia comienza así, con los sueños y aventuras de la niñez y todos esos dulces
que
nos encanta
comer.
Seguro que te ha pasado que con solo oler el cereal y la leche, o escuchar el sonido de
la
bolsa y el tintinear
de la cuchara contra el plato los hace sentir inmediatamente relajados y felices. Sientes que te
regresa a un
tiempo donde todo era más simple, ¿sabes?
Hace ya unos años vimos "Flakes", una película sobre una pareja y su bar de cereales y se nos
hizo una idea
genial. Un lugar donde revivir esos divertidos recuerdos y también hacer unos nuevos. ¿Y todos esos
cereales
que siempre quisiste probar? ¡Por fin podías hacerlo!
Y así la vida continuó y por casualidad en un viaje a España pudimos probar lo que era
esta
experiencia.
Con nuevos ánimos decidimos que lo íbamos a intentar en México, porque sabíamos que podíamos
mejorar la experiencia.
De regreso en México pusimos manos a la obra. Al principio fue difícil, porque
compartiamos
local con un
bar de vinos y diario había que convertirlo por las mañanas en Crispy y por las noches en bar.
Pero crecimos y mejoramos. Muchas de las cosas que hacíamos, como llevar juegos de mesa a
un
café para pasar el rato, ver caricaturas o dibujar mientras comíamos lo incluimos en Crispy. Y nos
alegra mucho que la gente que viene también lo disfrute.
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